Santuarios cristianos:
Los santuarios cristianos en Jerusalén han
tenido que soportarlas mismas desgracias que los hebreos. Para los cristianos
es el monte Calvario y el Santo Sepulcro, que en realidad son un solo lugar, el
polo alrededor del cual gira todo en Jerusalén. Se camina por un laberinto de
intrincadas callejas y de repente se llega ante la fachada románica de la
basílica del Santo Sepulcro.
Imagen extraida de : http://www.birdinglleidaexpedicions.cat/ca/node/431
Hace una impresión sombría y decadente. Están representados en ella todos los estilos arquitectónicos de los últimos mil años. En la entrada se topa, para gran sorpresa, con el islam: según un antiquísimo privilegio, el portal de la basílica es abierto por una familia musulmana.
Imagen extraida de :http://cesiahcastillo.blog.com/2013/03/19/el-cristianismo-lugar-representativo/
En el centro del gigantesco recinto está la iglesia del Sepulcro dentro de un rosario de capillas, todas las cuales hacen referencia a la historia de la salvación. Una de las capillas está construida sobre la roca del Gólgota. Un hoyo enmarcado en plata indica el lugar donde en un tiempo debió de levantarse la cruz. Bajo la cúpula de la iglesia hay una pequeña capilla de mármol con un atrio, la llamada capilla del ángel. En ella se guarda la piedra que los ángeles apartaron del sepulcro de Jesucristo. Detrás del Santo Sepulcro. Es un espacio muy reducido, en el que caben, como máximo cuatro personas. Llenan el aire nubes de incienso. Lo iluminan 43 lámparas preciosas, cada una de las cuales pertenece a una de las confesiones cristianas. Los muros están revestidos de mármol. Los peregrinos, sumidos en oraciones, se arrodillan ante la piedra sobre la que debió haber reposado, en la tumba, el cadáver del Redentor. Cinco confesiones, la ortodoxa griega, la católica romana, la siria, copta y los jacobitas, una pequeña comunidad religiosa siria, se han repartido el señorío sobre la iglesia del Santo Sepulcro. Velan celosamente las capillas, las lámparas y limosnas. Junto a la tumba misma se revelan según un plan fijado hasta el minuto vigilando cuidadosamente de que nadie eche su óbolo en el platillo de la religión equivocada. Fue una labor científica de tipo detestivesco el fijar los Santos Lugares, con exactitud, en la Jerusalén varias veces destruida. También en lo que hace referencia a la iglesia del Santo Sepulcro, aún no se está de acuerdo en si realmente se ha construido sobre la colina del Gólgota y la tumba de José de Arimatea. Es demasiado grande el peso de los despojos del tiempo sobre los que sucedió. Se sabe que la Via Dolorosa, la calle a través de la cual Jesucristo llevó su cruz, que, en el transcurso del tiempo, ha cambiado de lugar varias veces. La calle que hoy se llama así, una estrecha callejuela, sólo quiere ser un lugar de piadoso recuerdo.
Video extraido de: https://www.youtube.com/watch?v=GYy0_tpQT1w
Unas
lápidas señalan las catorce estaciones del martirio. La primera está junto al
convento de las hermanas del Sion francesas. La decimocuarta y última es la
capilla del Sepulcro, en la iglesia del Santo Sepulcro. Es difícil descubrir
bajo la actual Jerusalén la ciudad de Jesucristo. El ajetreo, el comercio junto
a los Santos Lugares toma no pocas veces formas repulsivas. Sólo en el jardín
de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos, hay tanta paz como hace dos mil años,
cuando Jesucristo estuvo allí con sus discípulos. Hoy el jardín pertenece a los
franciscanos. El Papa confió a esta orden la vigilancia de los Santos Lugares.
Desde el jardín de Getsemaní se puede echar una amplia mirada sobre la ciudad
con sus volubles murallas. Jesucristo entró en Jerusalén, el domingo de ramos,
montado sobre una pollina, entre los gritos de Hosanna del pueblo, a través de
la "Puerta Dorada". Hasta el siglo VIII, el patriarca griego de
Jerusalén entraba cada año en la ciudad por la "Puerta Dorada".
Entonces los árabes la tapiaron. Temían una antigua profecía, según la cual un
conquistador cristiano entraría una vez en Jerusalén por esta puerta.
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